Es un método estructurado para definir (o revisar) un producto, proceso o servicio, de tal forma que asegure, con el mínimo coste, todas las funciones que el cliente desea y que está dispuesto a pagar (y únicamente esas), cumpliendo todas las exigencias requeridas (y sólo éstas). Parte de dos opiniones: la del cliente, que espera una serie de prestaciones; y la del fabricante, que considera las características con las que el producto o servicio debe satisfacer las prestaciones que espera el cliente.

Fuente: Fundación Prodintec. (2010). Diseño estratégico. Guía metodológica. Asturias: Prodintec.

Y también: https://www.aec.es/web/guest/centro-conocimiento/analisis-del-valor